lunes, 27 de diciembre de 2010

Colegios más castigadores favorecerían conductas de bullying

Estudio en base a una encuesta a más de mil estudiantes de 6°, 7° y 8º básico:
Colegios más castigadores favorecerían conductas de bullying
Domingo 26 de Septiembre de 2010

Los establecimientos fuertemente estrictos tienden a presentar mayores niveles de agresión y victimización que aquellos que gestionan la convivencia a través del diálogo y la inclusión.  
Pamela Carrasco T. 

Detectar a los estudiantes violentos, llevarlos a inspectoría, castigarlos, suspenderlos, o incluso tratarlos con psicólogos o talleres especiales, la mayoría de las veces agrava el problema dentro de la escuela en vez de solucionarlo.

Así lo muestra la tesis de grado del estudiante de psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso José Ignacio Rodríguez, y que fue dirigida por la académica Verónica López. Este estudio forma parte del proyecto Fondecyt "¿Es la cognición social mediadora del comportamiento adaptativo? Evidencias en alumnos y alumnas de 7º y 8º básico con conductas de intimidación ( bullying ) y victimización, y aportes para la prevención e intervención psicoeducativa".

En la investigación se consultó a través de encuestas a 1.167 estudiantes de 6°, 7° y 8º básico, de diez establecimientos municipales, particulares y particular-subvencionados de sectores urbanos de las comunas de Viña del Mar y Valparaíso. También se realizaron encuestas a cuatro representantes de cada escuela, como directores, subdirectores, inspectores y docentes.

Primero se determinaron cuáles eran las conductas de bullying , luego se dividieron los colegios entre aquellos con altos niveles de agresión y aquellos con bajos niveles de agresión, y a partir de eso se analizó cómo diseñaban y organizaban sus sistemas de convivencia en cada tipo de establecimiento.

Los resultados, a juicio de Verónica López, no dejan lugar a dudas: las escuelas más estrictas y castigadoras muestran mayores niveles de agresión y victimización por parte de los estudiantes que aquellas que son más conciliadoras e incluyen el diálogo entre profesores y alumnos dentro de la sala de clases.

Esto, sin importar el tipo de dependencia del establecimiento.

Además, las escuelas con más agresión tienden a trabajar sólo con los programas de convivencia que les entrega el gobierno y los docentes sienten que "no hay mucho que hacer al respecto" y que el problema son los niños, no el establecimiento.

En cambio, los colegios con bajos niveles de agresión y victimización gestionan activamente la convivencia y, además de los programas ya establecidos, buscan sus propios caminos y son más autónomos en la implementación de sus estrategias.

"Por ejemplo, hay colegios que deciden no trabajar con el bullying directamente, porque prefieren enfocarse en los valores positivos. Ésa es una opción, pero implica que la comunidad se hace cargo del problema, lo piensa, lo planifica, y no sólo reacciona castigando", añade López.

En este sentido, el estudio de la PUCV cuestiona las medidas anunciadas por el Ministerio del Educación de dar urgencia al proyecto de ley que busca sancionar a los establecimientos que registren hechos de violencia y matonaje y exige a los colegios a denunciar actos de bullying , establece multas, e incluso obliga al pago del tratamiento psicológico para el alumno.

No estigmatizar

Tampoco ve con muy buenos ojos el Sistema de Alerta Temprana del Ministerio del Interior.

"Este programa tiende a focalizar las acciones que realiza la escuela en la identificación de los niños agresores para realizar con ellos intervenciones. Esto no sólo estigmatiza a estos alumnos, sino que resta importancia a otras acciones que la escuela podría realizar con el curso o a nivel del colegio", dice.

A su juicio, es mucho más potente gestionar la convivencia y buscar mecanismos y caminos propios de diálogo y actividades a nivel del curso y de la escuela, más que trabajarlo de manera individual con los 'conflictivos' a través de la contratación de psicólogas o la realización de talleres de mediación, por ejemplo, "porque esto tiende a estigmatizar y aislar más a víctimas y victimarios, lo que promueve que se repitan las conductas, y no se trabaja con el colegio en su conjunto", dice.

Y llama a no confundir agresiones entre pares con delitos o con una puerta de entrada a posibles acciones delictivas. "Una medida obligatoria de denuncia pública, que sigue la lógica del sistema judicial, tiene el riesgo de tratar a los niños como delincuentes", puntualiza.___________

57%

crecieron las denuncias por bullying durante este año, según cifras del Ministerio de Educación.

 Escuelas de "echados"El estudio de la PUCV muestra que los "niños problema" no son tales y que un mismo estudiante puede tener conductas violentas en un colegio, y al cambiarlo a otro establecimiento con mejor gestión de estos temas, cambia su actitud. "El problema es que en un sistema educativo tan desigual como el nuestro, probablemente ese niño expulsado de una escuela probablemente se encuentre con otros niños expulsados de otras escuelas, con malos rendimientos y donde la sensación de fracaso está presente en docentes y estudiantes", añade Verónica López.

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