Sin el humor no podríamos vivir ni sobrevivir

Sin el humor no podríamos vivir ni sobrevivir
ACTIVIDAD CULTURAL

Martes 22 de Junio de 2010

En el libro "La risa de Gabriela Mistral”, el académico Maximiliano Salinas revisa la historia del humor en Chile e Iberoamérica, pasando por el Tony Caluga y Nicanor Parra.  
Constanza Rojas V.

 "Gabriela se reía a toda boca. Con gusto. Y lo hizo con una risa juguetona, divertida y burlona especialmente frente a los políticos e intelectuales estirados", dice Maximiliano Salinas. Porque el académico del Departamento de Historia de la U. de Santiago ha dedicado años al estudio del humor, y bien sabe de risas. La de Gabriela Mistral, que se mantuvo oculta por años, era para el investigador una expresión libre y soberana "de una mujer rural y campesina, indígena o africana, a todo sol... Creemos que fue el sombrío siglo XX con sus dictadores y pedagogos aburridos 'seudo-clásicos' el que pintó a una Gabriela como mujer seriota".

Mil formas puede tomar el humor, y bien las revisa Salinas en "La risa de Gabriela Mistral" (LOM Ediciones). El libro es una compilación de artículos escritos entre 1996 y 2007, que comienza con la figura de la premio Nobel, pero se extiende a lo largo y a lo ancho de la cultura iberoamericana y chilena. Aparece la lengua oral popular, un recorrido por la historia de nuestro país, episodios de la guerra civil de 1891 y la relación entre la risa y el amor. También se detiene en las numerosas palabras que la lengua guaraní tiene para referirse al tema, y en personajes centrales de las risas nacionales. "El humor es una clave de la cultura chilena", resume Salinas. "Es el signo evidente de la alegría de vivir. Sin el humor no podríamos vivir ni sobrevivir".

-¿Qué valores culturales ha tenido históricamente la risa?

"La risa ha sido un elemento vital en la dinámica cultural. Es lo que permite el diálogo y el entendimiento entre las personas y los pueblos. Una persona excesivamente seria es una persona limitada, que pone límites. El humor desborda los límites y las limitaciones humanas. Crea proximidad, las culturas mestizas de Iberoamérica nacieron y se desarrollaron en esa deliciosa capacidad de reírse y de dialogar entre muchos: españoles, indígenas, africanos. Ahí tienes la alegría de la cueca, con raíces andalusíes o africanas en territorio indígena. Es la antisolemnidad, que percibieron en el pasado tantos observadores de nuestra cultura y de nuestra historia. La violencia surge cuando se pierde el sentido del humor. Lo dijo -premonitoriamente- Nicanor Parra en 1968: 'Recuerde que es cuando se pierde el sentido del humor cuando se empiezan a sacar las pistolas'".

-En el texto menciona al Tony Caluga. ¿Qué relevancia tiene en el humor

de Chile?

"El Tony Caluga es una maravilla del humor popular de Chile: un hombre capaz de enseñarnos el valor de la risa como 'tonyficación' del mundo. El tony pone en jaque las payasadas del payaso. El payaso es el cargante; el tony es la levedad estupenda del ser. El libro contiene un artículo de homenaje al gran Tony Caluga, a quien tuvimos el gusto de conocer personalmente".

-¿Y Nicanor Parra?

"Parra se sitúa en la misma línea estética. Con él irrumpió de frente y de frentón el humor en la literatura de Chile. Después de él, es imposible volver a ponerse serio. O, mejor, como dice él: la verdadera seriedad es cómica. Así lo dijo espléndidamente al recibir a Pablo Neruda como miembro de la Universidad de Chile en 1962".

-En el libro describe la falta de humor en la cultura de élite de la última década del siglo XX.

"La falta de humor en la cultura de élite -hoy y siempre- es flagrante. Alberto Blest Gana decía que un funcionario del Ministerio de la Guerra en tiempos de Portales era 'demasiado prudente para reírse'. Habría que ver los paralelismos del siglo XIX con el tiempo presente. En 1993, Raúl Ruiz dijo que a lo mejor en Chile en vez devenir un destape venía un 'retape'".

-¿Y qué valor tiene la risa hoy, en el siglo XXI, en Chile?

"Hoy tenemos que recuperar la risa de Gabriela Mistral".