El Mercurio Domingo 14 de Marzo de 2010
Las placas tectónicas se deslizan más rápido bajo nuestro territorio:
¿Por qué Chile tiene el récord de ser el país más sísmico del mundo?
El sismólogo Raúl Madariaga describe los procesos que hacen temblar la Tierra, cómo afectan a nuestro país, su recurrencia y cómo la poca memoria telúrica de los chilenos nos juega una mala pasada al no preocuparnos por tener un ente sismológico.
Lorena Guzmán H.
¿Por qué Chile tiene el récord de ser el país más sísmico del mundo?
El sismólogo Raúl Madariaga describe los procesos que hacen temblar la Tierra, cómo afectan a nuestro país, su recurrencia y cómo la poca memoria telúrica de los chilenos nos juega una mala pasada al no preocuparnos por tener un ente sismológico.
Lorena Guzmán H.
"Somos un país con muchos terremotos porque estamos en el borde entre dos placas, la de Nazca que desciende bajo Chile y la Sudamericana o continental", dice Raúl Madariaga, sismólogo chileno y académico de la Ecole Normale Supérieure (París).
La superposición de ambas placas afecta desde Ecuador, pasando por Perú, "y todo el territorio chileno hasta Aysén", agrega. En esta zona se producen lo terremotos más grandes del mundo y eso es inevitable".
La placa de Nazca avanza hacia el continente y la Sudamericana hacia el océano. En esa pelea de titanes, la de Nazca agacha su nariz para pasar por debajo de la Sudamericana, levantando a ésta última. En el punto de contacto entre ambas se genera un plano inclinado de 23°. La placa de Nazca continúa bajando hasta 600 Km., debajo de Argentina.
"El terremoto se 'prepara' durante el tiempo que la placa Sudamericana soporta ser levantada constantemente mientras acumula energía sin ceder", explica.
Cuando esa presión no da más, en el punto de contacto se produce una fractura, a unos 40 Km. de profundidad. La placa Sudamericana avanza bruscamente hacia adelante y la de Nazca se hunde de un tirón, el movimiento se acelera por un instante, esto es lo que origina el terremoto. Luego, las placas vuelven a interactuar a su velocidad normal. El desplazamiento de una placa bajo la otra se llama subducción. Aunque ocurre en otras partes del mundo, en Chile "se produce con una de las mayores velocidades promedio: 7 cm por año".
"Toda la actividad sísmica chilena se relaciona con la subducción", dice Madariaga. Incluso las fallas que generan sismos superficiales, como la de San Ramón en la capital.
Las placas del planeta no son una cáscara pareja. Como en una cebolla, ellas se traslapan en un constante movimiento que permite a la Tierra liberar calor. A la altura de la Isla de Pascua, el lecho marino tiene una chimenea, "el motor que genera dicho movimiento".
Se estima que en el mundo cada 25 años hay un mega terremoto como el del 27 de febrero, y en Chile cada 50 años. El problema es que no siempre tiembla con la misma periodicidad.
Por eso "es ideal que ocurran réplicas que liberen más energía, postergando así el próximo mega terremoto", dice Madariaga.
Red en terreno
"No es admisible que el país más sísmico del mundo no tenga un ente sismológico", no se cansa de advertir Raúl Madariaga. "No basta con los instrumentos. Hay que investigar, estudiar los sismos pasados y crear un sistema de alerta temprana".
Él y sus colaboradores ya tienen una red instalada en el norte, "extenderla a todo el país sólo demoraría un año", dice. Hoy, miden las réplicas en terreno pero sin comunicación en línea.
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