jueves, 30 de diciembre de 2010

Las opciones de reconstrucción tras la mastectomía


Las opciones de reconstrucción tras la mastectomía

(El Mercurio, 15 de Junio de 2009)

           
Despertar sin una mama después de someterse a una mastectomía es una más de las difíciles experiencias que debe pasar una mujer que ha sufrido un cáncer mamario. Una situación que no sólo tiene un impacto físico, sino también emocional. Afortunadamente cada vez hay más posibilidades de que las pacientes accedan a una reconstrucción de su anatomía en la misma intervención en que se les extirpa la mama afectada.

"Realizar una reconstrucción de mama inmediata ayuda a conservar la imagen corporal y la mujer experimenta un shock emocional menor, porque al salir de pabellón lo primero que hace es mirarse. Y es distinto ver una zona plana que un volumen con apariencia de mama", explica el doctor Jaime Letzkus, cirujano oncoplástico de mama del Hospital San Borja y la Clínica Tabancura.

Silicona y tejidos

La reconstrucción mamaria es de hecho una de las prestaciones que están incluidas en el AUGE dentro del tratamiento del cáncer de mama. Esto y la detección del cáncer en etapas precoces, que evita el uso de radiación, ha hecho que más mujeres estén accediendo a esta alternativa, incluso en el sector público.
En los últimos años, las alternativas disponibles para la reconstrucción se han ido ampliando y perfeccionando (ver infografía).
"La técnica que se sugiera a cada paciente dependerá de una combinación entre sus preferencias, sus condiciones físicas y los tratamientos oncológicos que requerirá después de la mastectomía", explica el doctor Hernando Paredes, cirujano de mama oncoplástico de la Clínica Las Condes.
Los expertos coinciden en que la alternativa más utilizada actualmente es el implante mamario de silicona, porque es la menos agresiva y tiene mejores resultados estéticos. Habitualmente al hacer la mastectomía se deja puesto un expansor cutáneo que se irá llenando gradualmente con líquido para ir expandiendo un bolsillo donde, al cabo de cuatro a seis meses, se pondrá un implante definitivo.
Otro tipo de implante es el conocido como Becker, que funciona primero como expansor, se llena a través de un tubito y luego se convierte en implante una vez que se ha completado con la cantidad de solución salina necesaria para alcanzar el volumen apropiado. Su ventaja es que requiere hacer una sola intervención. Pero, dicen los expertos, es más complicado lograr buenos resultados estéticos. "Sin embargo, mujeres de alrededor de 60 años, que no quieren someterse a una seguidilla de intervenciones ni lucirse en traje de baño, suelen preferir esta opción", dice el doctor Letzkus.
El uso de colgajos o tejidos propios que se extraen del abdomen o la espalda es otra alternativa. En el primer caso, a veces lo prefieren "mujeres que aprovechan de deshacerse de un rollito poco deseado", dice el doctor Paredes. El colgajo se sugiere también a pacientes que deberán someterse a radioterapia, porque el tejido propio resiste mejor que las prótesis. En este caso, si la mujer no tiene suficiente tejido abdominal o se sometió a una abdominoplastía en el pasado, para cubrir la zona extirpada se recurre al músculo dorsal.
Expertos de la Sociedad Chilena de Mastología preparan un consenso que incluirá recomendaciones sobre la reconstrucción mamaria, dice el doctor Paredes. Éstas podrán mejorar los resultados que hoy están logrando las mujeres que pasaron por una mastectomía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario