lunes, 20 de diciembre de 2010

Benedicto XVI inicia a Gran Bretaña en medio de polémica

Busca acercamiento entre las iglesias católicas y anglicana:
Benedicto XVI inicia el jueves primera visita de Estado de un Papa a Gran Bretaña en medio de polémica
martes 14 de septiembre de 2010

"Siempre ha habido protestas en los viajes, pero esta vez el rechazo parece mayor", dijo el portavoz del Vaticano.  
 El Papa Benedicto XVI aprovechará su visita de Estado que inicia el jueves a Gran Bretaña para acercar a la iglesia católica y anglicana, a pesar de fuertes tensiones y críticas.

El viaje ha levantado polémica pues se produce después de una serie de escándalos por abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos en varios países europeos y en medio de la división de los anglicanos por la decisión de su iglesia de permitir sacerdotes mujeres y obispos homosexuales.

"Siempre ha habido protestas en los viajes, pero esta vez el rechazo parece mayor", dijo el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi. "Forma parte del clima en un país como Inglaterra, que es plural y directo".

El Pontífice realiza el viaje como Jefe de Estado tras invitación de la reina Isabel II, y durante su estadía beatificará a John Henry Newman (1801-1890), uno de los más famosos conversos procedentes del anglicanismo.

Benedicto XVI se convertirá en el segundo Papa, después de Juan Pablo II, que visita el país desde que el rey Enrique VIII estableció la Iglesia de Inglaterra en 1534, ante la negativa del Vaticano de anular su matrimonio con Catalina de Aragón.

Según los vaticanistas, el objetivo del Papa será calmar las tensiones entre ambas iglesias y por eso las miradas estarán puestas en la visita que le hará el viernes al arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, líder espiritual de unos 70 millones de anglicanos en el mundo.

Pero así como se buscarán puntos de convergencia, las diferencias entre las dos iglesias quedarán de manifiesto cuando el Papa sea recibido en la abadía de Westminster por su canóniga, Jane Hedges, una de las principales promotoras de la consagración de las mujeres obispos.

Este tema y la decisión de la iglesia anglicana de permitir obispos homosexuales han provocado las más recientes fricciones entre las dos iglesias.

El año pasado, el Papa facilitó la conversión al catolicismo a los anglicanos descontentos por esas decisiones de su iglesia.

Pero las autoridades católicas británicas niegan que captar nuevos adeptos sea uno de los propósitos de esta visita.

Según cifras de 2005, hay 4,2 millones de católicos en Gran Bretaña, 8% de la población.

Actos masivos

La agenda del Papa incluye tres eventos masivos, para lo cual se pusieron a la venta 400 mil entradas, las que han tenido baja demanda, lo que demostraría bajo interés de los británicos por la visita. Jack Valero, vocero del Opus Dei, atribuyó la escasa venta a fallas administrativas.

Valero declaró a The Times que a diferencia de 1982 cuando fue Juan Pablo II, las normas de seguridad y sanitarias han cambiado radicalmente. Explicó que "las ventas han sido menores debido a problemas en la distribución de los boletos y porque los asistentes tienen que levantarse a las dos de la madrugada".

Quienes quieran participar de los servicios religiosos deberán pagar entre 8 y 39 dólares. Según cifras oficiales, la factura final de la visita papal rondará los 20 millones de libras (US$ 30 millones). El gobierno sólo asumirá unos 10 millones de libras.

 Estilos diferentesAunque es la primera visita de Estado de un Papa a Gran Bretaña, el viaje es el segundo de un Pontífice después que Juan Pablo II realizara una visita pastoral en 1982, en un contexto muy diferente.

Benedicto XVI tiene los mismos puntos de vista conservadores sobre temas morales como su predecesor, pero es un hombre reservado con un estilo profesoral y no tiene el mismo carisma que Juan Pablo II, quien lo usó con maestría para impresionar incluso a los que no estaban de acuerdo con él. Juan Pablo II era polaco y su país, como Gran Bretaña, había sufrido a manos de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Era un héroe anticomunista incluso para muchos no católicos y, cuando visitó Gran Bretaña, se encontraba en la cuspide de su popularidad después de que sufriera un intento de asesinato en 1981.

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