lunes, 20 de diciembre de 2010

Donación de tiempo personal

Según encuesta del Centro de Medición MIDE UC, que generó el Índice de Solidaridad 2010:
Donación de tiempo personal es uno de los desafíos pendientes en materia de solidaridad

Los chilenos privilegian las ayudas en dinero, aunque en el terremoto el mecanismo que más se utilizó para colaborar fue la entrega de alimentos o vestimenta.  
3 de noviembre de 2010
Ximena Pérez G. 
El aporte de dinero es por lejos la principal forma en que los chilenos ejercen la solidaridad, comparada con otros mecanismos como la entrega de bienes materiales o de tiempo personal, según lo muestra la segunda versión del Índice de Solidaridad en Chile, realizado por el Centro de Medición MIDE UC con ayuda del Hogar de Cristo.
En un índice donde 0 representa la ausencia total de conductas de ayuda y 10 el máximo nivel de ayuda, la donación de dinero alcanzó un 6,0 (el año pasado había obtenido 6,1), mientras que la donación de bienes materiales llegó al 2,1 y la entrega de tiempo personal a 2,0.
"Donar tiempo personal aparece en el estudio como la dimensión más baja, y eso es preocupante, pero por otro lado es lo más difícil e implica el darse a sí mismo, y a su vez constituye una gran oportunidad y un gran desafío para todos nosotros", señaló el padre Agustín Moreira, capellán del Hogar de Cristo.
Promediando las tres formas de ayuda se calculó el índice da solidaridad global, que llegó a 3,3, una cifra baja en la que influyeron determinantemente los puntajes obtenidos por la donación de bienes materiales y la entrega de tiempo personal, que no habían sido medidos en la versión anterior del estudio.
"Lo que a nosotros nos importa mostrar es que cuando al índice lo fuerzas a combinar todo ese tipo de conductas, el índice se resiente y baja globalmente, pero nos pone un tremendo desafío para enriquecerlo en el tiempo", apuntó Roberto González, uno de los investigadores y vicerrector académico de la UC.
El profesional destacó el potencial de crecimiento que existe en materia de solidaridad, considerando la respuesta que hubo en el país tras el terremoto del 27 de febrero pasado.
Según la encuesta, el 62,1% de los chilenos, casi dos de cada tres, realizaron donaciones de alimentos o vestimenta (prácticamente el doble del porcentaje que normalmente realiza esas donaciones), y un 48% hizo aportes en dinero, mientras que un 8,1% participó directamente en actividades de reconstrucción.
"Hay una mina de oro de solidaridad en los chilenos. Se ha constatado en muchas formas, cuando hay una catástrofe como un terremoto, esa ayuda emerge brutalmente, y ahí uno se da cuenta que la donación de dinero y material se disparan", subrayó Roberto González.
"Quiere decir que hay elementos del contexto que hacen que se gatillen estas cosas; entonces, el mensaje es muy claro: las instituciones de ayuda tienen que acercarse a las personas, y descubrir esa capacidad de ayuda que está ahí, que hay que saber canalizar adecuadamente", agregó.
Desde las organizaciones solidarias acogieron el llamado.
Alejandra Pizarro, directora ejecutiva de la Comunidad de Organizaciones Solidarias -que reúne a 93 asociaciones de ese tipo-, hizo un mea culpa, reconociendo que en muchos casos las entidades benéficas priorizan en los mensajes hacia la opinión pública la petición de dinero para sus proyectos de ayuda.
"Los chilenos hemos reducido la solidaridad a un aporte monetario, que si bien es importante y necesario no es lo único y deja fuera lo mejor de la solidaridad, que tiene que ver con el encuentro con el otro", señaló.
Además, comentó que hoy la comunidad que preside trabaja en un mapa de la solidaridad, para que quienes deseen hacerse voluntarios o colaborar con alguna entidad puedan informarse de las características de cada una, y también conocer testimonios de colaboradores.
Dicha plataforma debería estar disponible para todo el público en marzo próximo.
Perfil solidario
En el Índice de Solidaridad Global 2010 quienes obtienen el mayor puntaje según rango etario son las personas de entre 50 y 64 años (3,5), seguidas de las de 25 a 34 años y las de 35 a 49 años, que alcanzan el 3,3.
Las mujeres llegan al 3,5 y los hombres al 3,2. Mientras que el nivel socioeconómico medio supera al alto con un 3,7 frente a un 3,5. El bajo, sólo llega al 3,0.
Y muestran, en general, mayores niveles de solidaridad quienes se sienten responsables por el problema de la pobreza, son empáticos, se identifican con el país, con el voluntariado y con una religión, confían en las instituciones públicas y tienen experiencias de contacto con grupos sociales distintos a los suyos.
 La mayoría dona el vuelto
El principal mecanismo que usan los chilenos que declararon frecuentemente, casi siempre o siempre donar dinero es entregar parte del vuelto (66,5%), seguido de dar dinero a la Teletón (65,2%), en situaciones de catástrofe (53,1%), en colectas nacionales (44,2%), a instituciones (41,7%) y a personas en la calle (31,2%).
En un mes común y corriente, la mayoría de los encuestados dijo donar entre $2.000 y $5.000 (29%), seguido de quienes dijeron entregar entre $100 y $1.000 (27%).
Respecto de la donación de objetos materiales, de quienes declararon hacerlo frecuentemente, casi siempre o siempre, el 33% dona mercadería y alimentos, seguido del 24,5% que dona ropa, zapatos y frazadas. Y en cuando a la donación de tiempo personal, un 32,2% señala dar apoyo emocional, y el 25,2% dice participar en actividades benéficas.

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