lunes, 20 de diciembre de 2010

Amor y Salud

Estudio en personas que llevaban 9 meses de relación:
Estar profundamente enamorado es la mejor medicina contra el dolor

El amor activa los mismos mecanismos cerebrales que los analgésicos y otras drogas, asegura un nuevo estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.  

Amalia Torres y Lorena Guzmán 

Ver el mundo color de rosa parece no ser el único efecto positivo de quienes están enamorados.
Un reciente estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y publicado en la última edición de la revista PLoS ONE, descubrió que el enamoramiento profundo también ayuda a evitar sentir dolor y actúa tal como lo hacen los analgésicos e, incluso, la cocaína y otras drogas.
"Cuando las personas tienen este sentimiento hay significativas alteraciones en su ánimo que intervienen en su experiencia del dolor", dice Sean Mackey, jefe de la división de manejo del dolor y uno de los tres autores del estudio.
"Sucede que las áreas del cerebro que se activan con el amor intenso son las mismas que usan las drogas para reducir el dolor", agrega Arthur Aron, otro experto que participó en el estudio y quien ha estudiado el amor durante 30 años.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos reclutaron a parejas que estuvieran en los primeros nueve meses de su relación.
A los voluntarios se les pidió que llevaran al laboratorio fotografías de sus parejas, así como las de otras personas a quienes encontraran igualmente atractivas.
Luego, se les mostraron estas imágenes, y al mismo tiempo, en la palma de su mano se les causaba un dolor leve.
Mientras todo esto sucedía, sus cerebros eran escaneados para saber cómo funcionaban. Además, se los distraía pidiéndoles que realizaran tareas, como pensar en deportes que no incluyeran balones.
Sólo sentir corazones
Los resultados mostraron que el amor y la distracción reducen el dolor de igual manera. Sin embargo, ambas técnicas utilizan distintas zonas cerebrales para disminuir el malestar.
Cuando la persona es sometida a una distracción (como una pregunta fuera de contexto), el cerebro utiliza zonas más relacionadas con el área cognitiva "con las zonas corticales", dice el experto.
En cambio, mirando la fotografía de su pareja, la reducción del dolor se asocia más a los centros de recompensa.
"Parece que se involucran aspectos más primitivos del cerebro, como la activación de las estructuras profundas que pueden bloquear el dolor a nivel de la columna vertebral, similar a como funcionan los analgésicos opioides", dice el tercer autor del estudio, Jarred Younger.
Consultado por "El Mercurio", Younger recuerda que para el estudio se centraron intencionalmente en la etapa temprana del amor.
"Queríamos a personas que estuvieran sintiendo euforia, energía y que estuvieran obsesivamente pensando en su ser querido".
Y agrega: "Cuando el amor es descrito de esta forma, de alguna manera suena como una adicción. Por eso pensamos, 'quizás esto incluye sistemas cerebrales similares a los que están involucrados en la adicción'".
Ahora que los expertos saben cuáles son las áreas involucradas en el alivio del dolor, esperan poder utilizar imágenes de resonancia magnética en tiempo real para mostrarles a los pacientes cómo controlar esas sensaciones.
"Ellos pueden aprender a controlar la región del cerebro y, por lo tanto, controlar su dolor. Así, las personas pueden reducir su propio dolor sin usar medicamentos", señala Jarred Younger.
Cupido sanador
La obsesión es buena. Quienes piensan en su pareja más de la mitad del día sienten menos dolor. De hecho, cuando miran fotos de sus amados y se les inflige dolor lo sienten tres veces menos intenso que el resto.


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