Chilenos temen menos a la propia muerte que a la de un familiar
Jueves 28 de Octubre de 2010Gabriela Bade
Antes que la pena o el miedo, los chilenos declaran mayoritariamente que la principal emoción a la que asocian la muerte es la paz y la tranquilidad. Según el estudio "Los chilenos y la muerte", hecho por la consultora Visión Humana para el Parque del Recuerdo, el 72% de los encuestados hace esta relación positiva.
Más abajo, el 58% asocia la muerte con la pena, un 51% con el alivio y un 38% con el temor. Luego aparecen la impotencia (25%), la rabia y el enojo (17%), y la culpa (7%).
En general, y consistente con que el 96% de los 481 encuestados de cuatro regiones del país creen en Dios, la muerte se ve como un proceso trascendente. De hecho, un 67% cree que hay vida después de la muerte y un 62% cree en la resurrección.
Dolor por la pérdida
A pesar de esta connotación positiva que aparece en el discurso de las personas, el estudio también muestra que si quien muere es un hijo, entonces ya no se ve este proceso con tan buenos ojos. Porque para el 75% de los entrevistados la situación que les produce más temor es precisamente esta. Seguida por la muerte de un hermano (72%), la madre (69%), la pareja (59%) o el padre (59%).
Aunque aquí también aparece un tema curioso. La muerte que menos importa es la propia. Sólo un 30% teme por esto y aparece en el último lugar de las preocupaciones. En buena parte, porque lo que se considera más inquietante de la muerte es que se pierde el contacto con los seres queridos (41%) o bien que cuando uno muere produce dolor y amargura a los demás (38%).
Trascendencia total
"La gente aparece demasiado segura de que cuando muera se encontrará con Dios, pero cuando se tiene que enfrentar el momento práctico de la muerte de un ser querido es puro temor. Yo veo una disonancia acá", dice Aldo Mascareño, sociólogo y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Patricio Polizzi, psicólogo y director de Visión Humana, también consigna esta inconsistencia. Y cree que la ideología dominante hoy es la del hedonismo y la de expandir la vida y la juventud. "Es una sociedad que exalta la vida sobre la muerte. La muerte no se ha integrado a la vida", dice en referencia a otro dato del estudio y es que las personas prácticamente no conversan del tema. Eso dice el 80%.
"Me parece antinatural y preocupante no abordar el tema de la muerte. Yo espero que esta investigación ayude a las familias a conversar sobre la muerte, porque también puede ser un proceso esperanzador. Porque, tal como se aprecia acá, las personas tienen una idea de Dios como gratificador, pacificador. Como quien nos quiere y nos salva", dice el capellán del Hogar de Cristo, Agustín Moreira, quien comentó la entrega del estudio ayer.
Otro dato llamativo es que quienes aparecen más preocupadas por la muerte son las mujeres. Y también los segmentos socioeconómicos C2 y C3 y las personas que tienen entre 45 y 59 años. "Esto debe quizás por la percepción de cierta vulnerabilidad o precariedad, riesgo en el que se encuentran sus trayectorias vitales y proyectos de familia; el morir a esa edad, deja a la familia desvalida", opina María Luisa Méndez directora de la escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales.
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