"Durante esta década resolveremos el misterio del origen de los rayos cósmicos"
James Cronin, Premio Nobel de Física 1980:
El científico estuvo en Chile para hablar del observatorio Pierre Auguer de Mendoza, el mayor del planeta que rastrea estas partículas que caen del cielo.
Richard García
Lo más parecido a detectar una aguja en un pajar a nivel astronómico es la detección de rayos cósmicos. Desde 2004 que el observatorio Pierre Auguer, situado en Malargüe, en plena provincia de Mendoza, en Argentina, está dedicado a captar la llegada de estas partículas procedentes del espacio exterior.James Cronin, Premio Nobel de Física 1980:
El científico estuvo en Chile para hablar del observatorio Pierre Auguer de Mendoza, el mayor del planeta que rastrea estas partículas que caen del cielo.
Richard García
Antes de chocar con la Tierra, estos viajeros tienen 100 millones de veces más energía que la producida por el mayor acelerador de partículas del planeta, pero son muy pocos los que alcanzan este destino final, ya debilitados tras atravesar la atmósfera. "Son extremadamente raros, los que más nos interesan tienen una tasa de arribo estimada de uno por kilómetro cuadrado cada cien años", explica James Cronin, quien fue Premio Nobel de Física 1980. Cronin fue uno de los impulsores del proyecto y también su primer director hasta que jubiló, pero no ha perdido contacto con la iniciativa. Justamente vino a Chile invitado por el Centro de Estudios Públicos para contar sus avances y también su política de divulgación.
Ciencia por ciencia
El observatorio abarca un área de 3 mil kilómetros cuadrados, un tercio del tamaño de la isla grande de Chiloé. Por eso no es raro que se hayan instalado en Argentina. La instalación incluye 1.600 tanques detectores (son como pozos de agua) separados por 1,5 kilómetros entre sí. Los tanques contienen en su interior una bolsa con 12 mil litros de agua muy pura y en la que la partícula deja su rastro. Sensores envían, posteriormente, la información a una unidad central que procesa los datos.
Complementa el sistema un conjunto de 24 telescopios. "Estos últimos ven cómo los rayos cósmicos interactúan con la atmósfera y producen una cascada de miles de millones de partículas que genera una luz muy débil que registran los detectores", explica Cronin.
Originalmente se creía que estos rayos cósmicos provenían uniformemente de todas las direcciones del cielo, pero gracias a los estudios realizados en Malargüe ya saben que hay lugares del universo más propensos a generarlos.
La idea de resolver este misterio -el origen de los rayos cósmicos- ayudará a comprender mejor el universo en que vivimos. No buscan generar nuevas fuentes energéticas o algo parecido.
"No lo investigamos porque sea práctico". Afirma que si los científicos del pasado se hubieran cuestionado para qué estudiar la electricidad si no le veían ninguna utilidad práctica nadie se habría beneficiado de todos los derivados que fueron posibles por ello.
Los grandes proyectos científicos requieren de instrumentos de frontera y eso implica avances en otras áreas como paneles solares, sistemas GPS, comunicaciones, que no habrían sido posibles sin la demanda de estas iniciativas.
También está el componente educativo. En Malargüe construyeron una escuela, hacen divulgación científica, conectaron la ciudad con internet y levantaron un planetario.
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